En tarde entretenida se cortaron dos orejas a un
encierro de Juan B. Caicedo.
Los toros de Juan Bernardo Caicedo lidiados ayer en Cali salieron bonitos de lámina y decorosamente armados, pero dispares de romana y juego. Se destacaron, por su nobleza, el tercero, cuarto y el quinto, que fueron aplaudidos en el arrastre. En conjunto fueron justos de fuerza y de fondo. La diferencia del más liviano y el más pesado se aproximó a los 70 kilos. En general pasaron con una sola vara muy leve para algunos. Pese a ello blandearon y se quedaron al final.
El cartel de matadores era de postín. Ferrera, un veterano en su mejor año; Fandiño, el triunfador de la temporada mundial 2013, y Luis Bolívar, el primer espada de Colombia.
El público respondió. La entrada se aproximó a los dos tercios del aforo. La tarde fue soleada y los ánimos, fiesteros.
Antonio Ferrera desplegó frente a un lote bronco, que terminó inválido por lesiones en sus cuartos delanteros, una tauromaquia basada más en el espectáculo que en el contenido y la cual tuvo en los tercios de banderillas sus mejores momentos.
Iván Fandiño afrontó las dificultades del tercero de la tarde con decisión y limpieza, tanto con el capote como con la muleta, pero el desfallecimiento del animal bajó el tono de la faena. La estocada pasada y con derrame fue premiada con una oreja. Con el sexto, de mucha plaza y buen comienzo, mostró respeto, toreándolo con distancia inicialmente y arrimándose cuando el toro claudicaba, razón por la cual los ánimos se enfriaron.
Luis Bolívar, quien pasó silenciado con el áspero segundo y tuvo un trompicado primer tercio con el mejor quinto, brindó a sus paisanos, afianzó los talones en los medios y bordó tres templadas tandas en redondo, de mano baja y trapo adelantado, que fueron el momento cumbre de la corrida y de lo que va de temporada.
El público y la banda respondieron con fuerza. La mano izquierda no halló igual tersura que la derecha, sin embargo el alboroto siguió creciendo más allá de la tremenda estocada, hasta tomar visos de motín cuando la presidencia negó la concesión de la segunda oreja.
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